Hace un par de semanas que fui como "enfermera" al campamento de diabetes juvenil de Santiago, se realizo en San Juan, cerca de la ciudad. Es por eso que gracias a Dios no nos asamos como patos alla. La experiencia de asistir un campamento como este fue de los gratificante, gracias a esto aprendi pero emucho de todo y de todos, de las malas caras hasta de las carita mas tiernas de los niños que allí asistieron. Debo reconocer que al principio estab super incomoda, es como llegar a un lugar nuevo donde nadie te conoce y todos los demas si se conocer, en esos momentos fui el patito feo de allí. Creo que las demás compañeras, con las que tambien ocurrio lo mismo, se sintieron de igual manera que yo. Sin embargo a pesar de eso, cada una de nosotras se fue adapatando a la medida que cada una queria, algunas compartieron más y otras menos, me alegra decir que al finalizar, volvere...